Algunas claves de la felicidad

De qué depende la felicidad
El “pastel” de la felicidad que introdujo la psicóloga Sonia Lyubomirsky muestra datos fascinantes, ya que nos muestra que todos tenemos una gran oportunidad de mejorar nuestra felicidad. Según la investifadora, la felicidad depende de tres factores. En primer lugar, nuestro ADN. El 50% de nuestra felicidad depende de nuestro ADN. Algunas personas están genéticamente predispuestas a ser más felicesque otras. Un 10 o 15% de la felicidad se relaciona con factores externos como vivir en ambientes restrictivos como en algunos países donde las libertades de las mujeres están limitadas. También se incluyen experiencias de la infancia sobre las cuales no tuvimos control, como casos de violencia infantil. Finalmente, el tercer factor son nuestras acciones personales. Afortunadamente, entre un 35% y un 40% de nuestra felicidad depende de nosotros.

Construir nuestra felicidad de forma indirecta
Nuestro objetivo es tomar conciencia de que debemos trabajar seis aspectos fundamentales para acercarnos a una vida más feliz. Éstos son: bienestar espiritual, logro de objetivos, bienestar físico, nuestro desarrollo intelectual, relaciones personales y gestión de las emociones.

La importancia de escuchar a nuestra naturaleza
Las personas nos pasamos la vida investigando lo que funciona de forma general, pero olvidamos investigar lo que funciona para nosotros. Es importante que cuando incorpores algo para ser más feliz, te encaje y te resulte placentero.

Superar los momentos difíciles
Aceptar que enfrontaremos momentos de dificultad es crucial. Vivimos en un mundo donde estar mal es visto como algo negativo, pero lo normal es enfrentar dificultades. La felicidad también se basa en surfear estas dificultades.

Fracasar es una parte importante del camino
Nadie ha logrado nada significativo sin haber fracasado antes. El fracaso es un aprendizaje imprescindible y debemos abrazarlo y aprender de él. Los fracasos nos preparan para los éxitos futuros.

Empatía y generosidad
Las personas somos empáticas por naturaleza, lo que nos hace extraordinarias. La empatía elevada nos activa la generosidad, que después de ayudar nos hace sentir bien y nos impulsa a ser más generosos. Una acción sencilla para ser más felices es introducir pequeños actos de generosidad en nuestra vida.

Apreciar
La palabra «apreciar» tiene dos significados importantes: mostrar gratitud y otorgar valor a los demás, es decir, dejar de ser el centro para que los demás lo sean. Al apreciar las cosas buenas de nuestra vida hacemos que éstas se aprecien.

Acciones, pensamientos y emociones
Nuestras acciones, pensamientos y emociones están interconectados en una espiral constante de retroalimentación en ambas direcciones. Los tres se influyen entre sí. El poder de las acciones es el más determinante. Guardar y revivir las cosas buenas es una buena opción, ya que el cerebro, para desencademar emociones, no diferencia entre un recuerdo y una experiencia actual. Las experiencias positivas del pasado pueden revivirse con la misma intensidad hoy. Respecto las emociones dolorosas, hablar o escribir ayuda a liberarlo.

Para ser más felices, debemos:

  • Pasar tiempo con la gente que amamos.
  • Apreciar y agradecer.
  • Ser generosos y amables.
  • Aceptar los malos momentos como parte de nuestra naturaleza.

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